Nueva etiqueta energética para productos de iluminación
Novedades importantes en el etiquetado energético de lámpara y luminarias. A partir del 1 de septiembre todos los nuevos productos de iluminación incluirán una nueva etiqueta energética, cuya información deberá estar, además, registrada en la base de datos EPREL de la Unión Europea.
En cuanto a los productos fabricados con anterioridad a esa fecha, pero que se encuentren ya en el canal de venta, tendrán que ser reetiquetados o dispondrán de un plazo de 18 meses para venderse con el etiquetado antiguo, por lo que durante algún tiempo ambos tipos de etiqueta seguirán conviviendo.
A la vista del profesional, el principal cambio será que dejará de tener como referencia las clases A+, A++ y A+++. A cambio, tendrá que familiarizarse con una nueva escala que, de mayor a menor eficiencia energética, irá de la A a la G. Además, cumpliendo la nueva normativa, el etiquetado incluirá un código QR que podrá ser escaneado con un móvil para conocer las características técnicas del producto.
¿Por qué se cambia la etiqueta energética?
En 1994 nació la etiqueta energética de la Unión Europea. Desde ese año, todos los aparatos eléctricos, y también los productos de iluminación, fueron incorporando en el exterior de sus embalajes información relativa a su eficiencia energética. El objetivo era mostrar de forma muy clara y comprensible el consumo del producto, de manera que el consumidor optara por los más eficientes.
Para ello se estableció una escala de diferentes colores que iba desde la A hasta la G. Sin embargo, rápidamente, y debido a la constante innovación tecnológica, buena parte de los productos alcanzaron el nivel A y hubo que crear nuevas categorías superiores (A+, A++ y A+++). Igualmente, las clases inferiores (E, F y G) fueron desapareciendo debido a los requisitos de diseño ecológico.
En este contexto, la Unión Europea decidió volver a introducir una clasificación más simplificada, con una metodología de medición de eficiencia más ajustada al uso real que se hace actualmente de estos aparatos.
El formato definitivo y la identidad visual de las nuevas etiquetas energéticas que ahora se van a implantar fueron adoptados por la Comisión Europea en marzo de 2019, volviendo a introducir una clasificación simplificada, utilizando únicamente la escala de la A a la G.
Características de la nueva etiqueta energética
La nueva regulación establece la misma gradación de colores, del verde al rojo, y la escala original de la A a la G, pero no necesariamente los productos mantendrán la máxima calificación. Es decir, puede haber productos que hasta estaban etiquetados con la clase A+++ y que ahora pasen a ser clase C.
La explicación es muy sencilla. Se busca dejar las clases A y B libres para los productos más innovadores incorporados en el corto plazo, de manera que constituyan un incentivo de compra para los clientes. De hecho, se contempla la posibilidad de ir pasando productos de una categoría a otra, no porque hayan empeorado en cuanto a eficiencia sino para dar paso a otros más eficientes que se vayan incorporando al mercado.
En cuanto a la información que recoge la nueva etiqueta, se han sumado más datos complementarios que serán obligatorios desde este 1 de septiembre: el nombre del fabricante, la marca y modelo del aparato o el consumo expresado en kWh.
Por último, las nuevas etiquetas incluirán un código QR que ofrecerá información más detallada recogida en la base de datos europea de productos para el etiquetado energético (EPREL).
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