Bombas de achique sumergibles: qué son y cuál elegir
Las bombas de achique son máquinas eléctricas destinadas a extraer agua de una manera rápida y efectiva. Su característica más relevante es que son sumergibles, ya sea parcial o totalmente, lo que las hace aptas para todo tipo de necesidades de extracción.
Las bombas de achique cuentan con dos partes principales. Por un lado, un motor eléctrico situado en la parte superior que suele estar protegido de los daños externos por una carcasa. Y, por otro, un cuerpo hidráulico ubicado en la parte inferior que es el encargado de impulsar el agua.
Su funcionamiento es muy sencillo. El agua entra por la parte inferior de la bomba, donde se encuentra el impulsor, y este dirige el fluido hacia la impulsión de la máquina, que suele estar en la parte lateral o superior del cuerpo.
La mayoría de las bombas de achique incorporan una boya o flotador que realiza la función de interruptor para el arranque y paro automático. Cuando el nivel de líquido provoca que la boya flote, se cierra el contacto y la bomba entra en funcionamiento. Cuando se vacía, la boya desciende, se corta el contacto y la bomba deja, automáticamente, de funcionar.
Las bombas de achique pueden utilizarse tanto para uso doméstico como para uso industrial o agrícola, pero a la hora de seleccionar la más adecuada, tenemos que conocer el uso que le vamos a dar y las necesidades que deseamos cubrir.
En particular, hay que tener en cuenta tres variables: la calidad del agua, la altura de evacuación y el caudal deseado.
Calidad del agua que se va a bombear
En primer lugar, debemos determinar si la bomba va a achicar aguas limpias o aguas sucias con algún sólido.
Bombas de achique de aguas limpias
Las bombas de achique de aguas limpias son ideales para extraer aguas limpias o ligeramente sucias sin presencia de sólidos. Son muy recomendables para el achique en pequeñas inundaciones en sótanos o garajes, para el aprovechamiento del agua de pozos o para el vaciado de piscinas, pequeñas fuentes o juegos de agua decorativos.
Para estas necesidades utilizaremos bombas con pasos de sólidos pequeños, de unos 10 mm., y que sean ligeras y manejables, ya que en la mayoría de los casos se usan para evacuar el agua de algún tipo de inundación por lluvia o rotura de alguna tubería.
Bombas de achique de aguas sucias
En cuanto a las bombas de achique de aguas sucias, son aptas para extraer aguas sucias con pequeños sólidos de un tamaño no superior a 30/40 mm de diámetro. Por ejemplo, para el vaciado de depósitos, la recuperación de agua de lluvia, el achique de locales comerciales, el bombeo de agua de un río, el drenaje en instalaciones industriales o, en el sector de la construcción, el drenaje de zanjas, pasos inferiores o excavaciones.
Los materiales con los que deben estar fabricadas tienen que aguantar trabajos más severos que las bombas de achique de aguas limpias sin deteriorarse, ya que pueden encontrarse con sólidos que golpeen las diferentes partes de la bomba.
En la foto de la izquierda podemos ver un ejemplo de bomba de achique para aguas limpias fabricada en acero inoxidable; a la derecha, una bomba de achique para aguas sucias fabricada en materiales plásticos. Ambas, de la marca Nass.
Altura de evacuación y caudal deseado
Los otros dos aspectos que debemos tener en cuenta a la hora de elegir la bomba de achique más adecuada es la altura a la que queremos impulsar el agua y el caudal que debe ser capaz de bombear.
Por un lado, debemos asegurarnos de que la bomba tenga la suficiente capacidad para elevar el agua hasta el final de la tubería plástica. Si seleccionamos una bomba cuya capacidad de impulsión sea menor que la que precisamos en la instalación, corremos el riesgo de que no sea capaz de evacuar el agua. En ese caso, la bomba seguirá en funcionamiento batiendo el agua, se calentará el motor y, finalmente, acabará estropeándose.
Por otro lado, también hay que valorar el caudal que debe ser capaz de bombear ya que, si seleccionamos una bomba con un caudal inferior al que, por ejemplo, entra en un pozo, podremos provocar que el pozo se desborde. Y si, por el contrario, seleccionamos una bomba con un caudal de bombeo excesivo, la bomba realizará múltiples arranques y paradas, llegando, incluso, a estropear el motor.
Por último, es importante mantener en perfecto estado la bomba y alargar su vida útil. Par ello es recomendable que trabaje dentro de su curva de funcionamiento y nunca en los extremos, tanto en lo que se refiere a caudal como en altura de impulsión. Y en el caso de largos periodos de inactividad, es aconsejable sacar la bomba del pozo, limpiarla y almacenarla en un lugar seco.
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